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giosos, la supresién de algunos de nuestros Conventos, todo ésto ha hecho que no existaal presente una lista completa de los religiosos de la Provincia desde la fun- dacioén de los Capuchinos en Espana en 1578, en que se abre el Convento de Sarria en Cataluha y penetran el 1606 en Navarra, estableciéndose en nuestro Convento de Pamplona, y mucho menos una lista detallada de las de- funciones. Por éso, a pesar de los miltiples esfuerzos que hemos hecho para conseguirlo, a pesar de lo mucho que hemos molestado a los Superiores de Provincias y Misiones, y de las cartas que hemos dirigido a Parrocos y Secretarios de los pueblos, no puede menos de ser in- completo este trabajo, aunque abrigamos la esperanza de que, si se toma con interés y hay quien se cuide de ello, poco a poco puede ir perfecciondndose y completarse los vacios que nosotros no hemos podido llenar . Tal vez por no haberlo anotado enseguida de su falle- cimiento, tal vez por error de copia, hemos encontrado Re- ligiosos cuya muerte estd anotada en diversos sitios con meses y afios de diferencia. El determinar la fecha fija ha sido uno de nuestros trabajos mds penosos. Por éso tres cosas hemos de rogar a nuestros Religiosos en ge- neral y a los Cronistas en particular. 1.9—Que vayan anotando en el presente Necrologio con sumo cuidado la fecha del fallecimiento de los Religiosos a medida que se sucedan 2.%)—Que vayan completdndolo con los nom- bres de otros Religiosos, que no hemos anotado o con datos que faltan de los existentes y 3.%—que no sean fa- ciles en cambiar las fechas de los anotados sino con grandes razones que lo autoricen. De este modo, cuando dentro de 20 0 30 afios se proceda a una nueva edicion, oe