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( 10 CALZADA DE en lugares de escaso vecindario, en los cuales habían de residir, por fuerza, pocos frailes. Orillada esta dificultad, salieron a la pa– lestra nuestros eternos competidores, los Alcantarinos, quienes, si recogieron velas ante la tempestad que se les echaba encima-pues en cuanto se enteró la villa de su tenaz oposición, les retiraron las limosnas todos los vecinos, excepto cinco o seis-, volvieron de nue– vo a la brecha reforzados por "Observantes y Agustinos ; guerra que 1nantenían aún viva en el año 1733, o sea seis años después de la toma de posesión, que tuvo lugar el 23 de agosto de 1727'. Hubo también rozamientos ·.con los Clérigos, y con el mismo D. Blas Gar– cía, . contra quien la Provincia o nuestro Síndico debieron tener pleito, siendo condenado por el Vicario de Cjudacl Real al pago de 21.588 reales y 8 maravedises para la fábrica del convento, por ha– berse obligado a ello, según constaba de las escrituras que se guar– daban en la Nunciatura y en el Archivo de .la Provincia, y vimos ya nosotros al reseñar quiénes fueron los principales promovedores dt• esta fundaci ón (1). Este pleito tuvieron que tomarlo los religio– sos con g ran pena y mucho sentimiento, por tener que luchar con– tra una persona que tanto les estimaba, y que si ahora se negaba a pagarles lo establecido era por estar influenciado por los verda– deros contradictores de los Capuchinos, ya que en su úhima enfer– medad m,ostró de nuevo su estima a nuestros religiosos, poco antes de su muerte, acaecida el 28 de agosto de 1733. Pero si en vida de dicho señor no faltaron disgustos a los re– lig iosos para cobrar las rentas de las fincas que les había dado, para su manutención, no desaparecieron estos sinsabores con su muerte; antes, pudiéramos decir que se multiplicaron, ora por los adminis– tradores y patronos, que se negaban a pagar la renta, ora por de– cretar los Comisarios regios en. varias ocasiones la enajenaóón de ·estas fincas. PRIMERA PIEDRA.-Superaclas estas dificultades, el día 22 ele mayo ele 1729 se puso la p rimera piedra de nuestro Convento de .la Calzada del Campo de Calatrava, dedicado a San Luis, Obispo ele Tolosa. El acto se hizo con la mayor solemnidad, y fu é encarga– do ele efectuar la ceremonia de la colocación y de todo lo demás que en ·actos semejantes se acostumbra el Sr. D. Juan Quijano, Prior del Sacro Convento de Calatrava. ( 1 ) Ca!culábase que había ocultación de más de 3 .ooo ducados en la renra que debía pagar a los religiosos.
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