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MEDITACION. SEGUNDA. Que el amor de Dios para con nosotros es sin lérinino. Considera; alma mia, que si el.amor de Dios para contigo:no tuvo principio, tampoco tiene término. No pienses que legó solamente. hasta; vedacirle. 4 la muerte, y muerte de eruz: su amor pasó mas adelante. Él padeció: la muerte por dar. 4 todos la.vida; pero aparejado: es- taba su amor á padecersmuchas muer- tes. Él padeció por todos, y su amor le compeleria á padecer lo mismó por uno solo. Tres horas estuvo pendiente en una cruz entre los tormentos mas atroces: tres dias, tres meses, tres años, tres síglos hubiera estado su amor pen- diente en la misma cruz, si esta hubiera sido la voluntad de su Eterno Padre, «

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