BCCPAM000533-1-33000000000000

— 158— MEDITACIÓN SEGUNDA. — Que debemos amar á Dios por los bienes que nos promete. Considera, alma mia, que siendo Dios un ser eterno, inmenso é infinito en perfecciones, santísimo, hermosísimo y sapientísimo, y tú una criatura pobre y miserable por tí misma, y que si hay algo bueno en tí, es dádiva y miseri- cordia suya, te hubiera favorecido mu- cho con solo permitir que le amáras; pero que llegue á tanto su bondad, que, como si lo necesitára, te mande amarle; y que te mande amarle á él solo, y con todo el corazon, con todas las fuer- zas y con toda la voluntad; y que te ofrezca por amarle un premio tan gran- de, tan permanente, tan divino, que ni los ojos vieron jamás tal hermosura, ni

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz