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11 Lord Wellington aquellos defectos que 'se. notan en otros hombres , de ser tenazmente adheridos á su capricho. Lord Wellington .abraza el plan de batalla , y se presta generoso á ella, quando ve que el plan es sabio y bien meditado , como sucedió en Talavera. Pero desde estos campos se retira como otro Fabio á Coria y sus inmedia- ciones , empeñado en consumir á un enemigo á quien por entonces no podia vencer. Lo deja to- mar Plazas á la vista de su exercito, como su- cedió en Ciudad-Rodrigo y Almeyda ; lo espera en terrenos mas estrechos , lo bate en Busaco, lo atrae á lugares insalubres , despues de haberle quitado todo genero de subsistencias. Camina el ene- migo triunfante , y Lord Wellington á manera de fagitivo y corre á esperarlo en las formidables li- neas de Torres Vedras. Quatro exercitos reunidos Jlevaba el hijo querido de la fortuna , el fanfarron Masena , y en cinco meses los vió consumidos de hambre y de enfermedad , sin quedarle etro ar- bitrio que una fuga vergonzosa. Entances fue quan- do: nosotros enpezamos á desengañarnos, y á ha- cer justicia al gran General Wellington. Los limites estrechos de este discurso no me permiten estenderme en la descripcion de los triun- fos de la Albuera , en la reconquista gloriosa de Ciudad<Rodrigo y: Badajoz ; pero en ellas se nota bien la sabiduria de este Heroe. El que antes era tan cauto y detenido en sus. operaciones , quando Mega á la vista de los muros de Ciudad-Rodrigo, sin dejar de ser cauto, se arroja como un Leon sobre la Plaza, la. conquista; parte acia Bodajoz, llega, ves y vence al momento: desprecia algu- na perdida de gente ¿porque en ciertas ocasiones el perder gente es economizarla. Ya tiene Welling-