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El Greco, pintor de San Francisco Por el R. P. Fernando de Mendoza, Capuchino. Conferencia pronunciada en la Universidad de Salamanca el 27 de Octubre de 1927, y transmitida por la <Unién Radio», —¢Qué ven ustedes en esa imagen? (Fig. 1.°) —Un fraile austerisimo, que mira sorprendido hacia lo alto. —Qué mira? pregunto.—Una vision acaso—es vuestra contestacién—; algo extrafio sin duda, que le deja atdnito; algo que le atrae y le infunde respeto. éQué idea triste ensombrece su rostro? . —Lo que ven representa e] acto de la impresién de las llagas a San Fran- cisco. El hecho histérico; pues se trata de un hecho debidamente comprobado. San Buenaventura nos dice que su- cedié en la aurora de una mafiana de Septiembre. Mientras oraba Francisco y se afligia meditando la Pasién del Se- fior, vid bajar del cielo, rapido como el relampago, un cierto serafin de seis alas, sujetos pies y manos a una cruz. Al asombro y dolor que tal vista le pro- dujo, sucedieron en Francisco, desapa- recida la visién, nuevo dolor y asombro de hallar impresas en su propio cuerpo, vivas, frescas, lancinantes, insoportables, las llagas que como re- cuerdo le dejé el serafin crucificado. Podemos formar una pobre idea delo que pasaria en el espiritu de Francisco. ¢Cual fué la del Greco al querer trasladar la-visién al lienzo? Ahi la tienen ustedes. Esta el santo a la entrada de una cueva, calada la capucha. Entre nubes aparece el crucificado, y la luz espectral que, par-

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