BCCPAM000532-6-26000000000000

61 Asis, forma en la vanguardia de esa legién gloriosisima de almas selectas y sublimes, va a la cabeza de los santos, y por consiguien- te es el mas grande de los hombres, acreedor a los maximos home- najes y 4 mas las entusiastas manifestaciones de veneracion y admi- racion. éY, sefores, creeis exageradas estas alabanzas, una _ hipérbole sugerida por el brillu de esta fiesta magnifica, por las_circunstancias de este momento solemne, o inspirada por el amor que ve abultadas y exageradas las cualidades y virtudes de este hombre portentoso? No, sefiores, no hay hipérbole ni exageracién en mis palabras, por- que no son sino expresién palida de una realidad venturosa. Porque veamos, senores, como se han formado esos hombres extraordinarios que se llaman Santos. El santo es un artista sobera- no, el mas inspirado de los artistas que aspira a la creacién de una obra maestra, trabajando no sobre una materia fragil e inerte, el lien- zo o el marmol, sino sobre un alma incorruptible e inmortal. Pero el que quiere crear una obra maestra va en persecucién de un ideal. ¢Y dénde esta el ideal de los santos, el modelo de las gran- des virtudes con que quieren elevar y transformar su alma? No en si mismos, en su naturaleza corrompida por el pecado, que solo ofre- ce una triste visién de miseria y flaqueza. Mas arriba hay que buscar ese ideal, en Dios que nos invita a la reproduccién viva de su infini- ta santidad. Pero, para copiar el santo la belleza y perfeccién de Dios en su alma, es necesario que la vea. gY cémo veran los débiles ojos de la carne la belleza invisible y espiritual de Dios? Es verdad que en las cosas hay reflejos de esa belleza; pero son débiles, lejanos e insuficientes. Para imitar a Dios es necesario verle de cerca, es ne- cesario que aparezca de una manera visible ante los ojos sedientos de luz. Y esto es lo que para dicha nuestra ha sucedido. El santo de los santos ha salido de las profundidades de la luz inaccesible de la gloria, donde solo podian contemplarlo los angeles, ha bajado a la tie- rra, se ha vestido de nuestra carne y ha aparecido en el mundo vivien- do y conversando con los hombres, para que viéndolo y oyendo sus ensefianzas pudiesen copiare imitar sus perfecciones y sus virtudes. Jesucristo, he ahi el modelo y el ideal divino de toda perfeccién y de toda santidad. Vino a la tierra para iluminar a todos los hombres y mostrarles con-su predicacién y con su ejemplo el camino por don- de se sube a las alturas de la perfeccién. Exemplum dedi vobis, os he dado ejemplo para que obréis como yo obro. Aspice et fac se- cundum exemplar. Visible tiene el hombre el ejemplar y el modelo

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz