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54 atin y vive el ideal y vive el instrumento de que nosotros podemos usar para realizar la obra anhelada; no hay mas que poner manos en él. Terciarios navarros, aprovechad este instrumento; los que no lo seais, entrad en la Orden Tercera, abrazaos con este ideal, armaos de pobreza, humildad, paz, trabajo y amor. No es preciso tampoco que entre la ciudad entera; basta que lo haga un nicleo considerable, con que todos los intereses se encuentren alli representados, ricos y po- bres, vasallos y sefiores, grandes y pequefios, para que en este so- lemne tribunal de arbitraje, puesto que en él estan representados los intereses de todas las clases, sean pacificados todos los conflictos sociales. Un dia, iba predicando San Francisco con sus primeros com- pafieros, y le preguntaron a qué Orden pertenecia.—«No pertenezco a ninguna Orden, contest6; somos varones de la ciudad de Asis, que vivimos en penitencia>. Pues bien, yo os digo que cuando en una ciudad haya un niicleo de varones que, a semejanza de S. Francisco de Asis, vivan en penitencia, yo os digo que esta ciudad en el orden social esta salvad.