BCCPAM000532-6-26000000000000

35 El poeta te convida a que ames la naturaleza, y aqui en Navarra, esta se muestra tan prodiga en bellezas que es maravillosamente ap- ta a despertar la admiracién de la Divinidad. No cierres los oidos a ese himno gigante que se exhala de las crestas nevadas de los Piri- neos, de los bosques milenarios del Baztan y de Roncesvalles, de las rocas bravas del Aralar, de las aguas que mugen en las quiebras de las foces y rompen su cristal sonoro entre las pefias, de los vifedos que verdean en la falda de las colinas, de las planicies que caen ha- cia el Ebro, doradas con sus olivos y trigales. No sé donde, en el res- to del mundo, se dara en tan corto espacio, variedad tan apifiada de magnificas hermosuras naturales, contrastes tan vigorosos, ni donde por consecuencia menudeen manantiales tan ricos de purisima ale- gria. : ; El apéstol, que solo vivid paralos demas, y no sofié més que con el bien ajeno, te predica esta ensefianza, que el secreto de la ale- gria esta en olvidarse de si, en amortiguar el egoismo, cultivando la bondad, pensando como hacerse util a los demas, en socorrer mise- rias y alimentar la caridad. Compara, si no, los gozadores del mun- do, que al fin sucumben al peso del hastio y de mil secretas amargu- ras, con el rostro placido y sonriente de una de esas hermanas de la caridad que gasté su vida en cuidar ancianos y enfermos, y verds claro quién did con el tesoro escondido de la dicha. El mistico te esta diciendo, en fin, que la religién no debe ser tributo medroso y encogidoa la Divinidad,. angustiado cumplimiento de deberes bajo el terror de las amenazas, sino que debe ser dilata- cién cordial de amof y con ianza. La oracién no ha de ser maquinal pronunciamiento de frases hechas; ha de aspirar a ser lo que fué en Francisco, cantico exaltado del alma, que en la presencia de Dios alaba, admira,. ~agradece, suplica, dma, y cuando cumple este oficio, se hace llave que nos abre el acceso a las alegrias mas hondas y puras. A gustar estas alegrias, que no decaen al peso de los afios ni atin al golpe de la muerte misma os animo hoy joh pamploneses! en nombre de San Francisco de Asis. No cobija vuestra ciudad el cielo inmaculado de Andalucia, ni cifien sus sienes las rosas de Valencia, ni juegan a sus puertas las espumas saltarinas del Océano como en San Sebastian: pero tienen sus hijos algo en que pueden envidiar las demas regiones, un fondo de buen humor y regocijo que sale a la ca- ray alos ojos y atrae la admiracién universal en esas celebradas fiestas de San Fermin, poema de alegria y juventud, cuando flotan a los aires los acentos viriles de la incomparable Jota.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz