BCCPAM000532-6-26000000000000

32 infinito del querer, entramos gracias a ella en un mundo nuevo.» Exa- mindos, y decidme, si cuando vuestros ojos se espacian enun pano- rama encantador, o se engolfan en las transparentes profundidades de una noche estrellada, o escuchsis con embeleso la melodia de un violin, pulsado por una mano maestra, no sentis que hacen tregua en vosotros los deseos que de ordinario hervorean, las preocupacio- nes que os tiranizan, y no percibis en el dulcisimo olvido de vuestra individualidad, como un oreo sutil que viene sobre vuestras sienes de un pais que no es ésta tierra. jMision augusta del arte, crear esos re- mansos de éxtasis y azul en medio de nuestro afanoso batallar! Por desdicha esos momentos son fugitivos, y la vida prosaica nos recla- ma con sus imperiosas voces. Mas imaginad un hombre que haciendo renuncia total de la rique- za, situdndose al margen de la lucha por la vida, como lo intentaran los seguidores de Buda o de Pitagoras, quisiera vivir con la libertad del pajaro o de la nube, demandando el sustento a los frutos silvestres y alos claros arroyuelos. Haced de ese hombre un gran artista, el mayor que ha existido, dotadle de extraordinaria inspiracién para arrobarse ante la vision de la belleza en sus multiples formas; y por- que peligra que una persona en estas condiciones solamente realice el tipo sofiado por Rousseau, y no sirva sino para vivir en una esti- pida adoracién de si misma, egoistamente desligada de todo vinculo y responsabilidad social, dad unos toques mas a esta ficcidn: haced de ese hombre un mistico, en quien la contemplacién prende Ilamara- da de alabanza. haced de su alma un a modo de micréfono, que de- vuelve, vivificadas y embellecidas por la inspiracién, las vibraciones que brotan del himno mudo universal, un alma como la o creia sentir en si Victor Hugo en sus afios mozos Tout souffle, tout rayon, ou propice ou fatal, Fait reluire et vibrer mon 4me de cristal; Mon ame, aux mille voix, que le Dieu que j'adore Mit au centre de tout comme un écho sonore. Imaginad mas atin, imaginad que ese mistico es ademds un apédstol que siente el anhelo de hacer a los demas tan felices como él, comu- nicando con todos la experiencia deliciosisima de la bondad divina que le inunda, y que al ver que los obstaculos al reino de esa alegria son las insanas codicias que traen en continua y despiadada guerra a los hombres, sale por los caminos del mundo predicando la paz y el bien, convidando a todos con esa alegria de Dios; estdis forjando punto

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz