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44 tubran*los novicios Capuchinos mientras la Comunidad come hacer” varios ejercicios de mortificacion; tan duros algunos de ellos, que no nos atrevemos á publicarlos por» que no los crea el vulgo exageraciones. La. mortificacion menús penosa es. tomar una: displina -añtes de comer; mientras la comida tomar el alimento: hincados de rodi= llas: muchas veces con: los ojos casi cubiertos con una mortificacion espresamente dispuesta para eso; y con otros no menores sacrificios de: la propia comodidad. Todo es- to” lo? practicaba ' nuestro Fr. Salvador con- aquel gusto con que los múndanos asisten 4 sus diversiones y teatros de desemboltura. Sus connovicios «recuerdan los ejemplos que les dió en todas estas ocasiones. ¡Qué dirian esós mundanos, que tanto zahieren lá. vi- da monatal, tratando á:sus. profesores de- holgazanes y regalones, si viesen estas cosas tan comunes y triviales en el claustro religioso! Quisiéramos que-se acercasen un poco, y que tocasen siquiera con la: punta del dedo, eso mismo que á ellos les parece: tan «facil: puede: ser”: que entonces abrieran sus ojos, y Ctnocierán “su miserable equivocacion. Se ensayó nuestro Fr. Salvador mientras su novi- ciado en la prática de “aquellas: virtudes que dicen por sí mismas. mas > repugnancia: ¿4 “la naturaleza flaca, se domesticó con ellas, y “se puede decir-que.:las ¡poséyó; pudiendo ser un modelo perfectísimo de- ellas ¿los ojos de los mas adelantados. Desde: aquellos principios,. se impuso perfectamente en todas las obligaciones que cons- tituyen á un Capuchino ejemplar, y en. nada quedó poco versado Ú instruido. Vamos á verlo otra vez en el Altar santo para hacer su solemne profesion. Capiruto 4. Profesa y jamas deja mientras vive las prácticas Santas, del noviciado. Ási como antiguamente las vírgenes hermosísimas $e presentaban por el largo espacio de doce meses para po-

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