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4 plicó al Maestro con toda humildad que le permitiese jp públicamente de aquella manera, y. para persuadirlo á que Je concediese esta gracia, le habló al oido cosas que no entendieron los demas, y no sabemos lo que fue; lo cierto es que siendo de un caracter duro, y dificil de do- blegar el referido P. Maestro, despues de haberlo oido, dijo al Noviciado Vamos andando, y dejó que D. Joa. quin saliese de aquella manera. Anduvo toda la tarde por alrededor de la Ciudad, 4 por donde fueron de paseo, con su capa de grana, su vestido delicado, sus medias de seda y sus alpargates puestos: considérese este contras- te tan estraño en un público, y á la yista de una Ciu- dad que poco antes lo habian visto vestido de Diosa de la gentilidad , y ostentar tanto garbo y primor. ¡O lo que puede la gracia del Señor! Para el que está ya penetrado de su amor santo nada hay dificil, nada repugnante; to- do le es llevadero, y aun lo que mas choca á los otros lo abraza con placer. ¡Que no haria D. Joaquin dentro de un Noviciado tan austero, cuando tan vencido tiene ya su amor propio, y tan derrocada su vanidad ! Pasados los dias que tuvieron á bien los PP. de la Comunidad, y habiéndole hallado siempre constante en su vocacion, resolvieron que toma- se el santo hábito del modo acostumbrado en la Religion Capuchina. CAPITULO 2. Toma el santo hábito de Capuchino. Como el velo precioso que cubria antiguamente el Santuario y Tabernáculo de la alianza, asi es el hd: bito de la Religion, ó el áspero vestido con que se cubre el religioso, dice el seráfico Dr. S. Buenaventu- ra. (1) El no constituye al regular, ni en el sayal consiste su perfeccion , mas es un signo, ó señal que demuestra el estado que ha abrazado, sus deberes y las virtudes que deben adornar el espíritu del que habita en el cláustro. (1) Bon. de Profect. Relig. e. za

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