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Wer 24 de una conducta tan: pura: que su Confésor el M. R, P. Mtro. Fr. Antonio Barea, Prior que fué. dos veces del Real Convento de -S. Pablo, y por cuyo consejo tomó el hábito Capucltino, como'hemos llegado á en- tender despues de escrita esta primera parte, solía de- cir que joaquinito Caravallo hasta la edad en que to- mó el hábito y entró en la religion, no habia: cometido alguna culpa: grave. El testimonio de este su Confesor tan sabio y religioso, es muy importante, y dá una idea nada equívoca de la gran virtud que recomienda á este ejemplar Capuchino. Pues sino cometió culpa gra- ve cuando estaba cercado de tantos estímulos y oca- siones, ¿cual seria el candor y la inocencia de su al- ma, cuando en la vida Capuchina «se entregó con tan- tas veras á su propia santificacion y la de sus prógimos? Lo que dejamos notado en su lugar sobre su vocacion al Glaustro de nuestra: penitente órden, como originada dé los segundos ejercicios que. practicó entre nosotros, no quita el que hubiese consultado su vocacion: con el M. R. P. Mtro.. Barea, su Confesor,: y: que este apro- bando: su celestial inspiracion:, «le hubiese aconsejado que : la. abedeciese y «tomase el hábito sagrado: antes bien este era «el órden que debia haber seguido para no errar. Los apuntes que «nuevamente hemos «recibido del MR. P. Fr. Luciano, certifican ademas que .fuesiem- pre muy devoto de María Santísima” desde su pequeña edad, que su alma se electrizaba solo de oir nombrar á tan tierna y: dulce madre. Esta devocion fue siempre en él muy firme y fervorosa: se ejercitaba tambien en otras prácticas” de piedad. .,¡ Con cuanto gusto ( s lia decir) venia yo cuando muchacho á ayudar Misasá » 5. Pablo! Yo era (decia tambien) muy aficionado á ¿dar limosna, y mi madre gustaba mucho de que ¿estuviese bien ocupado, y como siempre he sido ¿tan ingenioso para cumplir mi gusto, hice con su