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la salud de- las almas, refiriendo los trabajos que sufrie- ron en la conversion de los indios. Véase aquí cuales eran las distracciones de D. Joa- quin. En esto emplea todo el tiempo que le resta de su primera atencion. Para él no hay teatros, no paseos, no alamedas, no regocijos , mi fiestas públicas. El no va á ha- cer visitas inútiles: la brillante hermosura de las Mejica= nas forma á sus ojos un objeto de horror: él no atiende mas que á lo que le pide: la: piedad y la religion, ó á lo. que podia ser de instruccion para sí ó para: los otros. La misma conducta que observó en Méjico, se: le advirtió en Vera Cruz, y en los demas pueblos: nada hay en ellos notable que se le oculte, pero tambien ñada profano que lo distraiga. Su genio investigador y exactísimo lo llevó hasta apuntar en su diario cuantos casamientos se has bian hecho en Méjico en «el tiempo que estuvo alli, que fue un año poco.mas, los: niños que nacieron, y los que habian muerto, y los enfermos que quedaban para el año siguiente. Mientras que D. Joaquin con “una: salud muy que- brantada se: ocupaba en todas estas cosas, su madre que lo amaba: tiernamente, y que habia llegado á entender la enfermedad que safrió de la ictericia, se llena de que- branto y de zozobra. Le escribe para que se vuelva otra vez:á España, en atencion 4 lo. quehabía padecido. D. Joaquin siente en: su corazon un movimiento de alegria al recibir esta carta. El regreso: le es amable. Su patria se le presenta en aquella ocasion con tan vivos y dulcescolori- dos; que suspira por verla otra: vez:.mas su genio eficaz le obliga á quese detenga, no: pareciéndole justo ni conve- niente el irse tan pronto sin estar todavia perfectamente impuesto en el comercio, que habia sido el objeto de:su viage; pero viendo que no se restablecia, y que su salud no presentaba un aspecto favorable muda de dictamen: su madre vuelve otra vez,4.escribirle, ordemándole es- presamente que sin pérdida de la primera oportunidad, al