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2 do, cual otró Pablicano no cesaba de implorar sobre sí la divina misericordia. Como él era tan vehemente en todas sus cosas, dejándose llevar de sus feryores, hasta tocar en aquellos estremos, que son tan comunes en los an- tiguos penitentes,.es de presumir que quizas .de aqui se le originaría aquella tan tenaz. enfermedad de la ic- tericia que le repitió por distintas ocasiones en Méji- co, teniendo que salir 4 caballo por las inmediaciones de esta ciudad para distraerse: cuando hablemos de su muerte preciosa, veremos como le asaltó tambien en aque- llos últimos dias el. mismo. achaque.. Aunque esta, en- fermedad lo puso en un estado, tal, y tan triste que daba compasion el mirarlo, aunque se veia: sin fuerzas mi aun: para» yivir, aunque le: devoraba. (una melan= colía mortal, -con todo eso.lo: mismo fué: sentir un: po: co de alivio, que-ayunar toda'la Cuaresma, sinembargo de que no tenia edad para ello. ¡O conducta severa é irre- prensible. ! Si.esto hacia cuando, aun, nose habia abra- zado con el desnudo. Crucificado .en. «el. .claustro' Gapu- chino ¿que sería cuando despues se dió, todo ála maceracion y ámla mas asombrosa penitencia? Esto hacia D. Joa- quin en un Méjico, donde. el olvido de este manda- miento. está tan introducido, que. son rarísimos los. que hacen ¿caso de- él. ¿¿Para: que es ese ayuno? le decian, esá es una ley que solo tienen obligacion; desobservar los grandes y perversos. pecadores, - que habiendo cor- rido el círculo: de sus desórdenes, ya estan cansados de pecar, .y quieren. volverse :á Dios por. los. caminos del rigor y. de la áspera penitencia: mas el jóven que ape- nas ha aplicado. sus labios. al Cáliz del placer,'que aun no ha estendido sus manos á. las flores deliciosas del deleite, que no conoce otros objetos que lo enamoren, mas que los justos é inocentes ¿por que ha de ajar.con el.ayuno una carne que no: le, ha hecho ningun. agra- vio? Esto le decian á, muestro D. Joaquin ¡aquellos ig- norantes Americanos, maravillados de yer en él una con-