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39 niño; que -hablaba.y hacia las demas. cosas. como. los demas niños. (1) .Sinembargo bién, se echaria de ver aquel genio fogoso- que (aunque primero le,hizo caer) despues le sirvió tanto para llevar por todas partes el reino de Jesu- cristo. Esta Aurora de los Justos, no siempre es tan visi- ble, ni se deja ver con tanta, brillantez, que desde lue- go se presente. con.todas las cualidades con que la aca- bo de dibujar. Hay Justos, cuyos. primeros rayos son ya tan crecidos, que apenas se advierten cuando ya deslur- bran. Los de nuestro D. Joaquin no fueron por este órden. Asi como la naturaleza. lo dotó de un, hermoso * tas lento, asi igualmente no, fue. escasa, en concederle otros dotes. Aunque es, verdad que era, de un cuerpo media- no, no. era ridículo: su: estatura y demas circunstancias que lo adornaban, no las hemos de calcular por lo que vimos y conocimos.en los dias de su rigor y de su penitencia: entonces no tenia ni aun. figura de lo que habia. sido; él se destruyó. con sus ,rigores y maceraciones. Aquel cuerpo .«agoylado., aquella: cara tan penitente , aquel tra- ge. tan desaliñado y mal compuesto mo pueden, dar» nos. una idea, de lo que él era en los dias de su juven: tud. Es menester oir al.que lo conoció en aquella bri- llante época de su vida. El llamaba la atencion de todo Sevilla ; cuerpo recto , rostro hermoso, tez muy blanca, ojos negros, rasgados en muy buena proporcion: nariz y boca sin imperfeccion, su modo de reir muy gracio- so, y en.fin todo el conjunto le -hacia muy. bien: pa= recido. A ; Adornado por la naturaleza. de estas cualidades el D. Joaquin ,¡no podia por menos de ser muy, agradable su-.yista. Ademas él era rico, tenia por sucasa cuan- tas proporciones podia desear para vestir tan bien y con tañito 'Iucimiiertó cómo ' el primer persohage” de Sevilla. Yestia. en efecto primorosamente segun el gusto de aquel "(1) Ad Coriñthkr, 14, tr an qa cp hs po ha p+

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