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21 qúe: jamas obró cosa“ que desd; jése de sus principios. Es= ta primera. parte de su vida, aunque no está como las otras, sembrada de los abrojos de la severidad y peni- tehcia, da mucha luz para conocer el hermoso caracter del Vi P. Fr. Salvador. ' CAPITULO I. Padres: y patria del Y. P. Fr. Salvador Joaquin de Sevilla. Nada hay que no merezca nuestra consideracion en la conducta que Dios observa Con sus escogidos. La Pa- tria en que nacen, el tiempo ó"época en quese hallaba el mundo én> su nacimiento; los Padres' que les destina, sa educacion, sus principios3 todos estos incidentes que el hombre poco reflexivo llama casualidades, son delante de Diós como los eslabones fabricados por su admirable Providenciaz y que entran'á formar la hermosa cadena de su predestinacion. Por eso la Escritura Santa casi siem- pre que nos refiere la vida de alguno de los Amigos del Señor que han descollado'entre los de su nación , tomo deseuella el cedro :sobre Ta eminencia del Líbano para que sean el modelo: de sus semejántes, nos cuenta su Pas tria, su Familia, sus Padres, su educacion, y demas circuns- tancias ¿que pueden hacerlo célebre y esclarecido entre los hombres. ¡Con qué exactitud presenta el Espíritu Santo en el Sagrado libro delos Reyes el nacimiento de-el 'célebre Samuel; que: fue el último de los Jueces: del pueblo: de Dios, sus padres; patria y demas! Lo mismo vemos con el Santo Isaac, y'con otros muchos Justos: del antiguo Testamento. El Evangelio de $. Lucas forma el elogio del gran Bautista; 'comenzando por el' que merecian sus vir- tuosos padres, ambos justos delante de Dios, y ambos dig- nos de todo respeto y veneracion. A la verdad siendo un siervo de Dios uno de los ma- yores beneficios que el Señor suele hacer: 4 un pais, 0 á una nacion; como personage destinado por su altísima Providencia para promover su- felicidad eterna, y veá-

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