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ba despreocupados de:nuestro siglo. Ya hemos notádo que por el. espaciosde diez y ocho años padecia: frecuentes -vérti- os ósfatos: Hemos: visto que esta enfermedad le acome- tia cúando menos: lo pensaba, «de modo: quese caia, dan- do con todo su cuerpo enrel suelo, y úsveces se'lastimaba y cuúbria de: cardenalés.: Vimos también que el: V. Padre no dejaba: porvesto! de continuar en sus” diarias 6eupació. nes, especialmente en+los penosos asuntos de las informa ciones del Vo'P. Gadiz;:en cuyo» 'negocio: comenzado y sostenido por su) infatigable celo,: trabajó» muchísimo. En este estado: de cosas, y :quebrantada su salud cada dia mas, llegó el mes de Setiembre de 1830. A principios de este mes: se sintió. indispuesto; mas como él tenia aquel espiritu, yovalorissuperior::4 todos "sus achaques, no bizo caso alguno. Nose redogió en la:cama, ni dejó de' hacer sus acostumbradas tareas. El:sabio Médico, que hay mu- chos años que: con lindecible: caridad y constancia: asiste á nuestros enférmoós, le habiá+dicho que se recogiera; é hiciesé cama, 'porque: estaba malo ; mas él lejos de cuiz darse, para no salir. pronto de este valle de lágrimas; es- tamos persuadidos, que: deseaba ardientemente ver. dtsa= tadas las ligaduras de+su debil «cuerpo para volar 4: su Redentor. OSO: ED! Cuando su salud ¡ba asi «caminando rápidamente 4 su término; cuando aquellos: .achaqúes!se- podia decir' que eran los golpes del «celestial Esposo, que llamaba á su alo ma para que saliese ya de:la cárcel de su'cuerpo. Cuan: do solo sus ferviente espíritu era el que le hacia poder: andar: por Jas ' calles «de Sevillaz sucedió aquella sorpresa de. que. ya; hemós hablado, cuando oyendo los atentados sacrílegos cometidos.én ' Francia contra les cruces é imá= genes de Jesucristo, se quedó yerto, pálido y como fuera de sí de pena. Pasó esto, y en «el dia de la Nativiuad. de la Santísima Virgen aunque ya estaba tan indispues» to, sinembargo dijo la Santa Misa. Este era el dia que el Señor tenia notado en el libro de sus eternos consejos! reo