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19 conocer, Ú¿ formar. una idea exacta del hombre por los dias de su. juventud, Es tal. la movilidad de los prime» ros años, tal la instabilidad «que suele advertirse en el jóven en razon de su corta edad, poca experiencia y fogosidad de su: sangre, que asi como el. camino del Aguila, de la Culebra y. de la Nave es obliquo, tor- tuoso y tan incierto,' que es casi imposible. conocer el menor. vestigio. desu rumbo; asi. el que ha de llevar4 un jóven por entre las vicisitudes humanas es muy di- ficil de indagarse, .Ó traslucirse. en sus. primeros años. Es verdad que el. órden comun de. la Providencia, es que el justo. comience 4 dar muestras de lo; que. .ha de ser casi desde la cuna. El camino de la niñez, y el de la adolescencia es el que suele no abandonarse jamas. Adolescens juxta viam suam,.etiam cum senuerit, non recedet ab ea (1). Mas no es esta una regla tan inva» riable, que no la veamos á cada. paso mudada. por la. ma- no Omnipotente en la conducta de sus escogidos. Esta bondad inefable no ha querido ligarse 4 sí misma en la comunicacion de sus riquezas; y, muchas veces destina para vasos preciosísimos. de sus dones, 'á los. que en sus pequeños .años parecerian dar señales claras de ineptitud para tan sublime destino. ¿Cuántas veces vemos jóvemes de un genio fogoso, de un caracter vivísimo,-expertos,. ágiles, cuyos ojos centellean el fuego de una alma inquieta, y en cuyos movimientos -se advierte un continuo electricismo ? Ellos todo lo avanzan, á todo se arrojan, todo lo emprenden, nada les. parece grande, nada árduo, nada dificil, Ellos se entran en el oscuro alcázar de las ciencias mas: abs» tractas , compreenden todos sus secretos con tanta facili- dad que nada les sorprende, ni coge .de nuevo, Ellos rien, juegan, se aficionan al paseo, á la diversion, al. ves» tido exquisito, mas no se les advierte ningun crimen que suponga una malicia refinada: son como águilas que van (1) Prov. 22. 6.

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