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15 grados dogmas y principios, procuró siempre defender con sus ejemplos -y doctrina. Vamos pues á dividir este tratado en tres partes. En la primera hablarémos desu vida en :el siglo has- ta que Dios lo: llamó á la Religion. En la segunda se tratará de su “entrada en el claustro, y de la: vida oculta que'en él llevó por algunos años. Y en la ter- cera consideraremos su vida pública, ó dedicada al beneficio 'de los prógimos que ocupó sus dias hasta la muerte. En la primera parte veremos «un jóven salé- gre y divertido enmedio del siglo, sin corromperse: En la segunda, un Capuchino penitente y retirado en- medio de sus hermanos, sin desmayar jamas;: ni de- sístic de sus' asperezas. En la tercera un Ministfo «del Evangelio enmedio del Mundo, sin omitir sú propia santificación, ni dejar de atenderá la de los demas: Este es el plan de esta pequeña obra. Nada omitire- mos que pueda contribuir á la edificacion del Público. PRIMERA PARTE. Su Vida en el Siglo. Tres cosas son para mi dificiles de compreender, de- cia Salomon en los Proverbios(1) y la cuarta absoluta- mente la ignoro. El rumbo del Aguila por medio de los aires , el rastro de la culebra sobre la piedra. lisa, el camino de la nave en alta mar, y el quer sigue Un varon en los dias de su juventud. Cada cosa de estas es in- vestigable. Porque ¿quien es el que puede conocer en los' aires el rumbo que ha llevado el ave, y mucho menos el Aguila cuando con la: rapidez de su vuelo ha cortado los vientos? ¿Por qué señales se podrá co- nocer el rastro de una culebra cuando ha pasado por cima de la dura piedra? ¿d qué vestigios deja tras de sí una Naye, cuando surca por medio de las ondas pa- ra que vengamos en conocimiento de sus caminos ? Pues si esto es tan dificil de comprender, mucho mas lo es di) Prov. 30, 18.
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