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33 gun los apuntes de dicho V. Padre trescientas y ocho le. guas todas á pie y descalzo, á escepcion de seis leguas que anduvo embarcado. ¿Puede decirse mas de su fides lidad 'en cumplir lo que habia prometido al Señor? CarrruLo 7. Su instruccion. No hay una cosa que sienta tanto la Tglesia Santa como la insuficiencia de sus ministros. La ignorancia es el enemigo grande de la Religion. El hombre sabio, por deprabadas que sean sus costumbres, por corrompido que esté su corazon, como enmedio de todos sus desórdenes busque la verdadera sabiduría, él la amará, y ella mis» ma separará sus pasos del camino de la iniquidad, y lo Mevará á los brazos de la virtud. La gracia del Señor asi como encuentra obstáculos casi invencibles, y que ne- cesitan de toda la energía de la virtud de Dios para vencerlos, cuando ilumina y manda sus rayos sobre una alma corrompida, y al mismo tiempo sumida en una gro- sera ignorancia, asi por el contrario hace brillar con mas ostentación la hermosura de sus luces cuando estas se derraman sobre un entendimiento despejado con lá sabiduría. La mayor parte de los incrédulos tienen que atrincherarse bien en la ignorancia de lo mismo que niegan y combaten, para haber de sostener sus desvaríos. Son tan Juminosos los principios sobre que se apoya la revelacion, son tan claras sus pruebas, y es tan rico el tesoro en que se encierran nuestras verdades, que aun- que estas “en sí mias sean oscuras, por la sublimidad y elevacion del dogma, no puede menos cualquier hombre instruido de conocer que Dios es el que las ha revela- do. Este conocimiento se lleya hasta un punto de evi: dencia. ..Tns testimonios, Señor, decia el Santo Rey Da- Vid, (1) tus testimonios, Ó las verdades con que tu nos alestificas tu santa y divina ley son dignísimas de todo Crédito: la razon humana puede si quiere indagar, es- (1) Ps. ga,

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