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16 Caprruro 4. Se dedica el Y. P. á oir confesiones, y otros ejercicios propios de su fervorosa caridad. El oficio de Jesucristo en este mundo fue salvar pe- cadores : este Señor tenia un placer en recibir á estosinfe. lices, tratarlos con cariño y admitirlos á su amistad. ¿Cuan- dose le vió mas afable que cuando miró á * Zaqueo en el arbo1? Baja, le dijo, ,,que hoy me conviene á mi hospedar- ,,me en tu casa,“ ¿quien ha oido lenguage semejante? Za- queo era un pecador, el Príncipe de los Publicanos, el que tenia necesidad de Jesucristo. Sin este Señor él seria un réprobo, una víctima infeliz de su avaricia: sinembargo, Jesucristo no dice que á Zaqueo le tiene cuenta que lo reciba, sino que el mismo Señor es el interesado: y á la verdad, cada uno tiene un interes en conseguir aquello que' vivamente desea. ¿Y quien duda que Jesucristo de- seaba vivísimamente la salud de los pecadores? Por ellos vino del seno-de su Padre á tomar nuestras desdichas, llo- ró, padeció, y gustosamente dió su vida por salvarlos 5 y nada puede haber mas grato á su corazon que el ganar un alma. Por el contesto de la parábola del Pastor, se ve esta verdad claramiente demostrada; pierde una oveja, y desde que la echa: menos, no sosiega en su cabaña, deja 4 las demas, la busca hasta dar con ella, y encontrada la coloca sobre sus. hombros, la vuelve al rebaño; y juntan- do 4 sus amigos, pide que le den el parabien por la oveja que ha hallado. El interes es de la incauta ovejuela, que á no haber tenido este Pástor tan. solícito, ciertamente hubiera perecido entre las garras del lobo; con todo, el Pastor quiere que-a él le-den la: enhorabuena, mas bien que á la oveja, porque sú perdición y ruina le angustia- ban el corazon, y su hallazgo le restituye la tranquilidad y el sosiego. El bien y felicidad de la oveja electriza mas al Pastor que á ella misma. Jesucristo por sí propio, por la gloria de su propia divinidad, por su mismo Eterno Padre mo pudiera haber hecho mas de lo que ha, hecho

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