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45 los :corazones:nUnos Jos sirven, los asétan, los alimentan; otros Hevanssus cadáveres acuestas para: colocarlos en los carrosjuotrós reciben» sobre «sus vestidos pobres las as= querosidades que arrojan de sus bocas al tiempo de es- pirar;+y todos andan entre los infelices moribundos con tánto «esmero: y: diligencia, y tan sin miedo como si al dedicarse -4 los oficios: de-«caridad, hubieran hecho antes pacto con la: muerte de que ho loz habia de tocar. Mas ello es que no ha sido asi; son muchos.los Religiosos que murieron en todos los Conventos, y. especialmente en ¿Jos nuestros, mártires de la cavidad. ¡Ayles una ingratitud- olvidar unos beneficios tan públicos, + tan sabidos!y: que tantas veces se «han repetido. La “epidemia.de Cádiz fue como un volcan cuyas la- vas:incendiaronstoda la: Provincia: á:poco de estar ha= ciendo «estragos en aquella Ciudad la: fiebre contagiosa, se descubrió tambien: en esta Capital de Sevilla. Facil es inferir la zozobra y el miedo que se apoderaria .de los ánimos de todos: las Autoridades oficiaron al.R. P..Guar- dian, para-si querian algunos Religiosos” ir :á :asistir á:los epidemiados de Triana , que fue donde comenzó. la: epi- demia: El V.P. Fr, Salvador, desde que .supo los -desas- tres que la fiebre hacia:en Cádiz, estaba ya inquieto, co- mo la aguja que busca al Norte, esperando que la vo= luntad del Señor se le :manifestase «por el órgano: de su Prelado. Este junta á la Comunidad, les propone el caso, les hace ver la situacion tan crítica en que se hallaban los de Triana, y el castigo tan espantoso que amenaza= ba á toda la Ciudad. En «este caso ¿qué resolverian- los Religiosos? Estoy persuadido que los filósofos que tánto se-preeian de - filantropos, esos elocuentes panegiristas de los derechos del hombre, defensores acérrimos de sus pri- vilegios, esos amigos tan constantes de la humanidad, no recibirian con mucho agrado esta notificacion :- ni se. pres- tarian á hacer sacrificios costosos en favor de sus iguales; no hay cosa mas facil que el charlatanismo, ni mas di.