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Jl te ¿detener el vicio, y practicar la virtuds* El P. S. Atanasio creyó hacer un-servicio importante á la Igle- sia escribiendo la vida, y admirables hechos del gran Patriarca de los Anacoretas S. Antonio Abad. El fru- to que se siguió de. este trabajo fue tan asombroso ue los hombres mas ilustrados por sus talentos, se quedaban leyéndola pasmados y como fuera sí. El gol- pe de luz que despedian los hechos de aquel insigne Santo eran tan fuertes, que heria los ojos de los mun- danos; conocian claramente la vanidad de los placeres y delicias del mundo, huian los, puestos distinguidos que gozaban en. los Palacios de los Príncipes, y como las aves que escapan del lazo, asi huian y volaban á los desiertos. S.. Agustin refiere en sus confesiones (1) que su ami- o Ponticiano le contó .,que hallándose una vez en . la ciudad de Tréveris, mientras que el Emperador asis- ¿tia al espectáculo de los juegos circenses que se cele- » braban despues del medio dia, se habia salido. com ,y Otros tres amigos y compañeros suyos, á dar 'un paseo por las huertas que estaban contiguas á los muros de la ciudad, y que estando en ellas se pusieron á pasear ,, de dos en dos. Ponticiano con uno de ellos echó por ,, una parte, y. los otros dos juntos echaron por otra, y ,, se fueron alejando los. unos de Jos otros. Los dos pri- ¿ meros siguiendo su paseo sin rumbo, ni camino deter- ,, minado, vinieron á parar en una pobre. casita en que s, habitaban algunos siervos de Dios, que profesan la po- »» breza de espíritu; y alli encontraron un libro en que yy estaba escrita la vida del Santo Abad Antonio. Comen- »2Ó á leerla uno de ellos, y comenzó tambien á admi- y Parse, y á encenderse en devocion. Al mismo tiempo que . leia estaba pensando en sí mismo abrazar . aquel. géne- ¿To de vida, dejar el servicio del Emperador y servir ¿ Solo 4 Dios. Y repentinamente lleno de un.amor san- (1) S. Aug. Conf. L. 8, e. 6.

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