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10 siones humanas. éstrañió con 'ellos:su celo y 'les ofreció las hermosas primicias de: su fervórosa predicacion. El dia y de Abril del mismo año que habia entrado en Sevilla, para fijar en aquel Convento-su morada, que fae el año: de 1794, dijo su primer Sermon: en:las Cár= celes. El fruto que de él se siguió precisamente, seria el de ablandar los ánimos 'encallados de «aquellos mi= serables, y hacer que sufriesen con resignacion los du- ros trabajos de una situacion tan desdichada. En este tiempo viendo los Prelados que: el-V.. P. Salvádór era un modelo de:observancia regular, perfec- tísimo imitador dela severidad «de los primitivos: Ca- puchinos, y que nada habia en él que no predicase pe- nitencia y desprecio del mundo; le dieron la dificil:y árdua comision de instruir 4 lós“movicios:en los caminos del espíritu. Lios superiores le dieron este cargo solo in» terinamenté, temiendo tal vez, que redoblando sus rigo- res, abreyiase los dias de su preciosa vida. El -R. P. Guardian no queria nunca perderlo de vista siempre: estaba observando lo que hacia, “le que comia, y. las penitencias' que: practicaba' este: 'su Venerable súbdi- to: (1) moderaba 8ns rigores, le ordenaba que se ali. mentase, y sus más severas exortaciones se dirigian 4 contener las fogosidades de su fervor. Si le han deja- do ir, ciertamente hubiera pasmado: con los-heroismos de su maceracion, y hubiera sido otro”8.-Pedro de Alcántara. Este: rigor tal” ves seria el motivo de no ha- berlo nombrado maestro de novicios en propiedad, sino solo interinámente.' Estuvo: poco tiempo en el Novi- ciado, mas entonces fue: cuando lo: encontraron absorto y fuera “de sí “segun dijimos tratando de su oracion. Entonces vieron aquellos jóvenes en el espejo de su maestro, tales cosas, tales virtudes y tan: sublimes que no podian desear mas: su. maestro era mas novicio que ellos; los acompañaba á todos sus ejercicios,” que son: (1) Asi lo testifica ua Religioso que vivia entonces alli con el Y. P.

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