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y CapiTuLO 13. Se le dá por. la obediencia el cargo de Confesor : comien- za á egercitar el de Predicador que se le habia confe- rido, y lo hacen Predicador de Plaza. Un religioso Capuchino puede abstraerse del trato con las criaturas, puede vivir como si no tuviese cuer- po terreno, y tener su conversacion en los Cielos co- mo acabamos de ver en cuanto se ha dicho hasta aho- ra del V. P. Fr. Salvador: mas este retiro nunca pue- de ser como el de un Anacoreta que se intérna en un hosque, se encierra en una gruta, y alli vive sin yolz ver á tratar con las criaturas del mundo que abando- na. ¡Vida divina! ¡vida celestial! Asi fue la de Elias, la de Eliseo, la de 5. Juan Bautista y la de otros ivumerables que á imitacion de éstos poblaron los de- siertos; más la de un Capuchino no puede ser por este órden; somos deudores al pueblo del pobre manjar que nos sustenta, y es forzoso que Je demos el celestial y. divino que encierran los Sacramentos y palabra de Dios, como en remuneracion y agradecimiento á lo que hacen. con. nosotros. Esta es nuestra vocacion; este es el rango que ocupamos en la Iglesia de Dios. A cada cual de nosotros se mos intima; ,,vé y ten cuidado de ¿tus hermanos (1) atiende: y repara: si todas sus - cosas Yan. con prosperidad, y» dá cuenta: de ellos al Padre: »» Celestial con tus oraciones. La: Sede Apostólica ( dice 9. Buenaventura) (2) que tiene el cuidado de la Igle- ¿»Sia inmediatamente, y de quien manan todas las leyes de » los Sagrados Cánones, viendo en estos últimos tiempos »que segun el Apostol, instan ocasiones peligrosas y que cuando aflojadas $ ensanchadas las redes de la predi- ,cacion Evangélica acudian tantos peces de hombres á la profesion cristiana, que la red se rompia viendo que la mies es mucha,' y los operarios idóneos: pocos 4 cau- sa de que los pecados se multiplican en-la Igiesia, y (1) Gen. 37. 14. (2) 5. Bon. Quast. 2. circa Reg. $. Francisco.

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