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samente la vista, deleita, complace y derrama sobre los sen- tidos un placer y gozo que se insinua hasta en la misma alma, asi dice el Espíritu Santo (1) la fama de las virtu=- des y ejemplos del justo, recrea el corazon del que los oye. Este consuelo es tan eficaz, que á la manera de un bálsa- mo suavísimo penetra hasta los huesos; porque aníma al hombre y lo alienta para que pueda emprender aquellos heroismos que admira. Así entienden las espresiones del sá- bio los sagrados expositores. (2 ) La virtud cubre de gloria al mismo que la practica: ella es aquella antoreha que Jesucristo nuestro Salvador, queria ver brillar en sus amados Discípulos para que ilu- minados los hombres con su luz, glorificasen al Padre ce- lestial. (3) Ella es al mismo tiempo un fuego que infla- ma los corazones en el amor del Criador. Es muy facil que todos aun los mas carnales conozcan por las obras de un amigo de Dios la magestad y grandeza del árbi- tro Soberano que reina sobre los serafines. El Justo se pa- rece al astro del dia cuando se comienza á descubrir .so- bre las elevadas colinas. Nada hay ( decia el P. S. Juan Crisóstomo. (4) que asi distinga al hombre y lo haga tan insigne y esclarecido, aunque con grandes rodeos de- see esconderse como este resplandor y brillantez de la vir- tud, como si estuviese cercado del Sol mismo, asi cierta- mente el hombre Justo resplandece con claridad mayor: sus rayos no. solo iluminan la tierra, sino que tambien doran las altas cimas de los collados eternos. Esto ha hecho que los primeros personages del mun- do hayan tributado homenages de respeto y vyeneracion á muchos Justos que vestidos de un grosero sayal, y €s» condidos en las grutas ó en habitaciones despreciables, €s- taban consagrados ála práctica de las verdades y máximas del Eyangelio. Asíeomo los Reyes de Israel y de Judá re- verenciaron á los antiguos Profetas, los llamaban sus padres (1) Prov. 15..30 (2) Alap. in hunc locum. . Mat 5 £. . Crist, dsp, ea (a) p. in hu (3) S. Mat $ (4 Joan. Crist