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que era una bestia indómita y Teroz, y como á tal la iba á refrenar y contener. Asu cuerpo que era for- zoso se dejase crucificar, y á todo sí mismo que era un reo, un criminal, y que se veia en la necesidad de hacerle sufrir un castigo tal que con él evadiese'el eterno que tenia. merecido. Se negó á todo trato;-le dijo á su madre y hermanos no 0s conozco, y se en- tregó decididamente á la penitencia y á la abstraccion de toda criatura. Dijo como S. Pablo (1) el mundo está crucificado para mí y yo para el - mundo. Todo la vida de un cristiano decia el P. S. Agus. tin (2) si vive segun-el Evangelio, es una cruz, es un martirio. ¿Con cuanta mas razon debemos llamar erucifixion la vida que emprendió el V. P. Salvador? De él se puede decir lo que el antiguo Theofilacto de los Monges de su tiempo (3)-que la Cruz del Reden- tor le era familiar, y como la esposa y parienta que- rida suya. Toda su vida fue una mortificacion y aflic- cion continua, lágrimas, abatimiento, sujecion y: demas cosas que: acompañan á la Cruz: un crucificado ó uno sentenciado á este suplicio, tiene manos y pies, mas no se sirve de ellas sino para sufrir penas y tormentos, No se puede mover ni volver de un lado á otro, todo él padece, todo él está en continua afliccion: para él no hay ni placeres, ni riquezas. ni honores; pues asi el P. Verita; él está crucificado con todas sus pasiones y concupiscencia: no usa de sus sentidos sino para ma- yor. mortificacion. El está fijo con los clavos no solo de sus tres votos solemnes y las leyes de su instituto , sino tambien con los de unas resoluciones tan firmes que ja- mas moverá pie ni mano, sino para herirse mas pro- fundamente á sí mismo. No sosegaré, decia con un gran siervo de de Dios, hasta que me vea agonizar y dar mi último aliento en la Cruz de mi Redentor. Este era su tenor de yida: se levantaba muy de (1) Ad, Gal. 6. 14. (3) Aug. Serm, 11. de Sanctis. (3) Theoph. oracion de.cruce»

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