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O / a existiese; y ahora' se ve en la necesidad de entrarse por sus puertas. 3 Asi como el oro entonces se conocen sus quilates cuando se le pone en la fragua, ó en el crisol abra. sador, asi la virtud del Justo se comprueba en los ca= sos dificiles que se le presentan : N. V. obedece sin ré- lica á la órden del superior, se dirige á la casa de su madre, llega á la puerta, toca y sale una criada, pre- guntando quien llamaba ; él nombrándose á sí mismo con- testa que dijese á la Señora, que si queria hacerle. la obra de caridad de recogerlo por amor de Dios aquella moche á él y á su compañero , que venian de camino. ¡Qué espec- táculo! ElVenerable se detiene como si fuese el mas desco- nocido, y espera la vuelta de la criada con el permiso para entrar. Figúrese cualquiera lo tierno y edificativo de este lance; un hijo tan querido de su madre que Jle- ga á su casa y no se atreve á entrar sin su órden. Ver aquel religioso tan humilde, tan pobre y tan abatido, á las puertas de aquella casa- tan. rica que poco antes le habia pertenecido, con tanta indiferencia y cortedad como si jamas hubiera pisado aquellos umbrales, y fue- se para la familia el mas estraño del mundo. Muchas lágrimas derramó el Padre del Evangelio al yer 4 su his jo que se reputaba indigno de serlo; mas su conducta habia dado sobrados motivos para que se humillase de esta manera; pero el V.P. Salvador ¿por qué se aba- te tanto sin atreverse á entrar en su propia casa ? ¿Qué delitos eran los suyos? ningunos, la profunda humildad, de su corazon le hacia obrar de este modo tan. raro, y ejemplar, ¡Qué lágrimas no se derramarian pór toda la familia en vista de encuentro semejante ! ¡Qué seria ver á su virtuosa madre sorprendida por la llegada de. su hijo y al mirarlo de aquella manera ! ¡Cual esta- ria su corazon al ver que pedia por amor de Dios per=. miso para entrar en su casa! ¡O que: trastornos: hace el, amor de este Señor en las almas de sus escogidos !

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