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ran Antonio. Lo 'mismo: podemos decir de los PP. de la Iglesia Latina; á escepcion de 8. Ambrosio, de quienno sabemos * hubiese habitado :en Monasterio ' alguno, los tres restantes S, Agustin, S. Gerónimo y. S. Gregorio el grande, sin duda alguna profesaron la vida religiosa. S;' Gregorio de Tours, que pertenece al siglo sexto de la Iglesia, demuestra que los Monasterios de su tiempo eran como “otros tantos Colegios: de- Jóvenes, endonde principalmente se enseñaban las ciencias eclesiásticas. (1) Por lo que $. Agustin que escribió: en::el siglo; V. di- buja exactamente las: costumbres de Monges- que: vis yian en su época; 'refiere: que : ellós pasaban «todo: el tiempo de: su vida orando; ' leyendo: y disputando, :(2) Estos Padres, continua el Santo, no solo eran esceleñ- tísimos por la pureza de sus santas costumbres, sinb tambien por la” abundancia de doctrina en que:*ress plandecian. | > 2 No es de nuestro'instituto” haceraqui una apología de la literatura monacal; mas nos vemos forzados: á de. cir algo para que no se crea que la santidad y rigor de la disciplina claustral ha: mirado jamas con aprecio la rusticidad y la: ignorancia. Pocas religiones hay mas mo. dernas que los Capuchinos, y poquísimas que profesen mas severidad y abstraccion de las cosas: del mundo; sin- embargo vease la obra: en folio de los escritores de esta reforma , escrita porel sabio P, Bernado'de Bolonia, y alli se yerá, que enmedio de: nuestro:' retiro: no se ha ignorado ciencia ni facultad alguna, y que los:Capus chinos han escrito sobre toda clase de: literatura y de. ar= tes, Y quizas con mas felicidad de lo que regularmente: se plensa, ' Y ala: uÍO Los 'sabiós no ignoran! que teniamos en Paris la:cé- lebre Congregacion de S. Honorato, tan: «recomendable como la de $. Mauro; que los Monges'Benedictinos 'po- seian en aquella misma Ciudad. Los :súmos Póntifices (1) -S. Greg. Turon, 1; $. €. 144. (2) Sy Avg. demorib, Ecl; e; 3r 2

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