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PROLOGO. s La vida que presentamos al público no es una de aque- llas producciones que no teniendo mas apoyo que la ima- ginacion del que las escribe, solo se dirigen al entreteni- miento y á la diversion. Sale á la luz este escrito con to- dos los caracteres que pueden interesar al amante de: la verdad y de la Religion. El habla principalmente con los que han tratado y visto al V. y R. P. Fr. Salvador Joa: quin de Sevilla, Misionero Capuchino, conocido en todas partes con el dictado del Padre Verita, título sugerido por el cariño, y que alude al apellido de Vera que tenia por su madre. No es posible que puedan mirarse con ojos lánguidos unos hechos que han sido practicados en medio de nosotros mismos, y dirigidos á nuestra propia utilidad, Este ejemplar religioso estaba enlazado por nudos y re- laciones muy estrechas con toda clase de personas, Son in- numerables los que lo consideran con el cariño que ins» pira el parentesco espiritual. Quien se acuerda de la ca- ridad: con que se prestó 4 bautizar sus hijos; quien de: la prontitud con que acudia á sus socorros; quien de los ro- sarios y reliquias que recibió de su mano generosa; quien de la dulzura de su trato y de la afabilidad de sus mo- dales. Todos estos recuerdos no han fallecido con él; vi- ven grabados en los corazones, y no hay quien en Sevilla y fuera de Sevilla no ansie vivamente por ver escrita é impresa la vida de este Justo. Aun personages muy reco- mendables por sus talentos, erudicion y alto rango ha tomado con empeño el que se ralice la referida empresa. Don muchísimos los que han instado por lo mismo: los clamores son generales; no ha sido posible que la pobre Comunidad de Capuchinos, que tanto debe al pueblo Se- villano desoyese unas súplicas que al mismo tiempo que