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4 no en hacer cosas grandes, sino en practicar bien erfectamente las obras comunes y diarias de la reli- gion , las hacia con tanta puntualidad , alegria y devo- cion que no habia quien no alabase al Señor en. las obras de su gracia que tanto brillaban en el V:-P, Salvador. Obraba segun aquella sentencia del gran-P, S. Agustin. (Y) Quieres siempre alabar á Dios? Pues haz bien esas mismas. cosa3 que haces, “y siempre esta- rás alabando al Señor. Un “corista Capuchino en casi nada se distingue de un novicio. El debe practicar por el espacio de «cua- tro años las costumbres santas del Noviciado. Debe ob- servar un contínuo retiro, debe hablar de rodillas á eualquiera, aunque sea de su misma clase; debe to- dos los dias decir la culpa, y hacer cuanto practican los novicios. En todo: fue tan exacto nuestro V. P. Salvas dor, que jamas se le advirtió faltase en cosa alguna de las que son características de un corista: Despues que concluia con las ocupaciones propias desu clase ,:se en- cerraba en su celda y alli tenia todas sus delicias ; ,, La ¿celda y el Cielo tienen entre sí Ñun gran parentesco, ,, decia S. Bernardo. (2) Lo que se busca en los Cielos ,,se' halla en las celdas; á saber : vacar á Dios, y gozar de Dios. Los Angeles tienen á las celdas por..Cielos, y igualmente se deleitan en las celdas que en los Cielos, » y de la celda se sube al Cielo. La celda es la tier- ,, ta santa y el lugar de santificacion; allí el alma se ¡junta con Dios.* Esto que decia S. Bernardo lo es- perimentó tambien el P. S. Gerónimo. Para. mi, des cia, las cosas todas del mundo son cemo una hórrida cárcel, y la soledad como un paraiso de delicias. (3) Es- tos placeres del espíritu que se gozan en la soledad, endonde sin temor de ser registrado por el ojo hu- mano, el alma hace ló que le inspira su fervor, los (0 $. Aug. in Ps. 118. (2) S. Bera, de imit. lib. 1. €. 10. (3) S. Hieron» ap. Loho. t..1. mihi Í, 429.

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