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CAPITULO 5. Su Coristado, Un. Religioso que trata de progresar en el cami» no de la. perfeccion, decia el Seráfico Dr. S. Buena- véntura (1) debe poseer «un. fervor santo, y cierta gran- déza de alma que Jo haga pronto, esforzado y devoto para el ejercicio de todas las virtudes, esmerándose por grangear buenas obras. Entonces son arrancados los vi- cios y extirpados del alma fielmente, si ceden y se rindená las virtudes: mas nada es tan util para vencerse, y humi- llarse á sí mismo como un fervor nacido de la caridad mas encendida, y expresado hasta en la postura del cuerpo cuando ora al Altísimo. Un religioso puede orar en. pie como el publicano , postrado en el suelo como la Cananea, puesta su boca sobre el polvo como Da- niel, y tambien sentado como Job en su muladar; mas la postura que indica mayor reverencia. y que por sí misma causa mayor incomodidad es orar con las rodi- llas en tierra. N: «V.. P. Fr. Salvador parecia de marmol. Siempre oraba,y «continuamente de rodillas, tan inmovil que á no -ser «porque: la obediencia lo llamaba á otras ocupacio- nes, jamas se hubiera separado de la oracion. Su pos- tura indicaba el gran fuego de amor: de Dios, que le devoraba las entrañas. Admiraba.á.toda la Comunidad tanto espíritu en un jóven que comenzaba entonces la carrera de la perfeccion; de este su continuo orar y de tener siempre las rodillas por. el suelo se le originó aquella. enfermedad de que hablarémos al fin de. este capítulo, y de aqui le nació aquella tan grande soli- dez de espíritu que podemos decir era el modelo mas cabal fle un religioso corista, y de un verdadero Ca- puchino. Habiendo aprendido en el trato con su Dios el modo mas breye de llegar á la profesion religiosa que consiste (1) Spec. Discipl, ad Nov.

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