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A 9 , la vida del pecado, sino que esta toda fue sacrificada é in. ,Molada al Señor con la cuehilla de la obediencia, por mi. ,nisterio del Sacerdote, esto es, de tu Prelado: esmérate ¡pues en vivir en adelante segun esta misma forma de vida para que noparezcas que en la escuela de la Religion mas bien olvidas que aprendes, y que mas bien vuelves Atras que caminas para adelante.” Esta gran máxima estuvo tan profundamente clavada en el alma del V. P. Salvador, que toda su vida no fue mas que un noviciado continuo; jamas dejó de hacer aquellas cosas que practican los novicios; sus sandalias eran como las de los novicios, su tonsura como la de ellos: tenia su pobre pañuelo metido ó colocado don- de. los. movicios lo. guardan. En su celda estaba senta- do observando la forma del Noviciado, vivia cerca de él y en una pequeñísima habitacion como el último novicio, y jamas quiso otra; su cuerda, su hábito , su vida toda interior y exteriormente era la de un ejemplar novicio; en el trato con los del siglo, :en el que observaba en el cláustro, enla asistencia al coro y en el modo de.es - tar en él guardaba.Jas mismas ceremonias que los otros no- vicios; nunca, ni aun cuando el Señor lo llamó á la vida pública desmintió aquel primer fervor que se le advirtió en su solemne profesion, y siempre fue tan humilde, «tan pobre, tan callado, tan sufrido como el. último y mas penitente novicio. Pero no es esto todo: la virtud de un novicio es virtud (lHamémosla. asi) niña, mezclada de puerilida- dades, de imperfecciones y cobardias; mas la virtud:de nuestro Fr. Salvador fue siempre una virtud firme, cons- tante, varonil y tan áspera como si hubiese aprendi- do la disciplina claustral al lado de los Pacomios.é Hi- lariones. Vamos ya á entrar en el campo vastísimo de sus: penitentes hechos.
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