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< d que cada uno declarase su necesidad; y no siendo posible visitar personalmente todos los conventos de la religion, señalaba algunos en cumplimiento de las constituciones generales (1) donde pudiesen cómodamente juntarse de los mas inmediatos, franqueándoles así el remedio de sus necesidades. Señalado ya el convento y el dia en que se habian de juntar; nunca dejó. de llegar á tiempo, aunque fuese á costa de mil fatigas é incomodidades, por- que los religiosos no estuviesen esperando, ha- ciendo falta en sus conventos. A todos los oia con suma caridad, los consolaba en sus tribulaciones, los remediaba en sus necesidades, los dirigia en el espiritu, los animaba en el camino de la virtud, haciendo con todos y con cada uno el oficio de amoroso padre, pastor, y maestro. No hay duda, que de la oracion sacaba el siervo de Dios el acier- to que tenia en el gobierno; y aun por eso dice el seráfico Padre en su testamento (fiel exposicion de su santa regla) las palabras siguientes: Y despues gue el Señor me dió cargo de Pratiles, ninguno me en- señaba loque yo debia hacer; mas este altísimo me re- veló, etc. El Señor que dá el cargo de la prelacía, esel que enseña en la oracion lo que debe hacer el superior: de alli viene el acierto: de allí el bien es- piritual para sí y para sus subditos, y de allí fi- nalmente toda la felicidad eterna. Como el santo varon se dedicaba tanto á la oracion, sin que ha- llase impedimento, ni en el cansancio del camino, ni el ruido de los negocios, pues en todas partes y 1), Constit. gener. cap. 10.

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