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A día antes, que consagrase algunas formas para co- mulgar á otro dia, por no privarse de este altísimo y divinísimo sacramento el dia de Jueves Santo, en que fué instituido, y para dar cumplimiento al precepto de la comunion anual. Juntáronse en el oratorio para disponerse, y el sacerdote, á quien se le habia encomendado consagrar las formas, confesó que se le habia olvidado. Causó esta no- vedad mucho desconsuelo á aquellos padres, y el varon santo los exhortó á que se dispusiesen para la comunion espiritual, ya que no podian recibir la comunion sacramental. Estando disponiéndose, y abrasando sus corazones en el amor divino, y fervientes deseos de recibir al Señor sacramenta- do, de repente se llenó el oratorio de una luz her- mosa y refulgente y en medio de ella apareció la majestad de Cristo, bien nuestro, vestido de sa= cerdote, acompañado de muchos ángeles, con un semblante amabilísimo: Traia un riquísimo copon en la mano, y dió la comunion al varon santo, y despues á los demás religiosos, observando los sa= grados ritos; y acabado este sagrado acto, desapa- reció todo aquel celestial acompañamiento, dejan- do un olor suavísimo que duró por muchos dias, y el siervo de Dios con sus compañeros quedó lle- no de alegría espiritual. Este raro prodigio le hace verídico la constante tradicion de toda aquella santa provincia, que aun todavía conserva el es- píritu de su fundador. Tambien consta de varias pinturas, que se conservan entre los ciudadanos de Gratz, gloriándose de haber sido su ciudad vi- sitada con la presencia de tan gran Señor. Una de