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4 ] y | | i | | e E y SE tl 7 P $ ; a ne Us convirtieron á la religion católica, y entre ellos nio pocos de los principales Rabinos, lo que causó grande admiracion en Roma, y mereció crecidos elogios y alabanzas del Pontífice, que le admitia frecuentemente á su audiencia, comunicando con él los mas graves negocios de la Iglesia. 12. Quisiera el Pontífice tener á su lado á tan gran varon; pero por no privar á su pueblo de tan fructuosa predicacion, le permitió continuase sus apostólicas tareas, ejercitándolo tambien en las demás sinagogas de Italia, para lo que le dió todas sus facultades, llenándole de privilegios y gracias apostólicas. Volvió á recorrer las ciudades de Jta- lía, sacando copioso fruto en todas partes. Eran muchos los judíos que se convertian, de suerte, que temiendo en Venecia se acabase la Sinagoga, se conjuraron contra el siervo de Dios ciertos ra- binos de los. más principales, é intentaron darle la muerte, pero aunque pusieron todos los medios, el Señor le libertó milagrosamente. Pasmábanse las ciudades de Roma, Praga, Viena, Venecia y otras de ver tan numerosa multitud de hebreos seguir el estandarte de aquel sacro madero de la Cruz, “que sus progenitores en ciega rebelion fabricaron, para poner en él á su desconocido Mesías. ¡Oh lo que sabe Dios hacer por sus fieles siervos, cuando quiere que en ellos y por ellos le admiremosy alabemos las criaturas! Hallándose en Ferrara la santidad de Clemente VIII, asistió muchas ve- ces á sus sermones, cuando predicaba á los judíos para aulorizar en aquel sagrado:acto, y se maravi- llaba de tanta erudicion y doctrina. Pasando por Te TES pr A E men, CDS AS 3 E E ó ds dt 2

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