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— 510— gran desseo de verme ya ay, aunquel natural y los hermanos tiran acá; pero mo quiero hacer fuerca en nada, sino en dessear muy de veras vivir en paz con todos y gozar una soledad de ay .—Cierto.— La consulta que el consejo real hizo tan en nuestro Favor, la trabajó y procuró el P. Provincirl de Va- lencia á quien se le deve mucho, porque con su dili- gencia y buena maña, (valiendose del Sr. Condesta- ble y Sra. Duquesa de Medina de Rioseco, que tiene concertado de casar al Almirante su hijo con nieta del Duque de Lerma), acabó tan bien este passo que era en realidad el mas dificultoso. Esta consulta se embió á su Magestad que se ha- llava á Segovia por fin de Julio; y á causa de hallar- se el P. Provincial enfermo, embió dos Frayrles á Segovia que lo solicitasen: Mas Don R. Calderon dijo, que no havia tal consulta y assi se perdió ó qui- sieron se perdiesse. Esta fue de manera que al fin no se pudo negar haverse rescevido; pero ivase dilatan- do con nuevas sperancas; hasta que su Md. llegó aqui, que serian á los 156 20 de Setiembre: havien- do el P. Brindis 3 dias antes y do al Escurial con in- tento de besar las manos de su Md. en compañia del Sr. Nuncio, creyendo se entretuviera alli. Pero á las cartas que el Sr. Nuncio escrivió, dando razon de es- ta ida, se le respondió no fuesse porque luego ven— dria su Md. aqui: y assi se quedó. el Sr. Nuncio,y el P. Brindis que partió un dia antes (no sabiendo esto), llegó allá y vió el Escuriai y se tornó luego. Llegado pues su Md. aquí, Don R. Calderon escri- vió un billete al P. Brindis, en que le rogava se viese con él porque tenia que decirle de parte de su Md; y

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