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e NOTA...*AL CAP. 1. NÚM: 21.:pAG. 28. De ordinario aquel tiempo que les dejaban li- bres los ejercicios escolásticos, le empleaban estos dós buenos amigos en conversaciones devotas y conferencias espirituales; y los dias de fiesta ocu= pában la mañana en la Iglesia de los Jesuitas, y toda su vida le quedó ese afecto á la Compañía, y la tarde en la de los Capuchinos para cumplir allí sus devociones con recogimiento de espíritu; lo que practicaban con tanta reverencia y devocion con compostura tan devota y humilde aun en el exterior, que infundia compuncion y ternura en quien los miraba. P. Cocáleo, lib. 1. cap. 2. NOTA.% AL CAP. 3. N”. 7¿PAG. 56. Por este tiempo que predicó en Venecia el año de 1583, concluidos sus estudios se ha de poner su ordenacion ó promocion al sublime grado del sa- cerdocio, que recibió puramente para obedecer á sus Prelados y repugnándolo mucho su profunda humildad y lo que dice el P. Cocáleo con estas pa- labras:—«Un hombre, aunque, jóven, de las referi- das circunstancias, no era posible pasar largo tiem= po sin que la religion lo ocupase en los empleos más honoríficos. En efectoá poco que acabó sus estu- dios con el lucimiento y aprovechamiento quese ha visto, se sabe que fué elegido Lector de Teología en