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m4 E. 7 > a EA o 2 ES y E PA e e 7 “bn. Ll (Y Sum, pág. 31. E > > us he NOTA... AL CAP. 1. NúM. 17. PÁG. 94. Obedeció el sobrino y fué dócilá estos consejos del tio, vistió la sotana ú hábito de clérigo secu= lar, depuesto el regular que habia llevado hasta entonces por la devocion que tenia á nuestro pa- dre S. Francisco, pero parece que con el contacto del cuerpo del virtuoso jóven se comunicaron á aquel hábito las virtudes de que estaba adornada aquella bella alma. Estaban con su tio tres sobri- nas suyas de singular virtud, y la mayor que se llamaba Prudencia casi de la misma edad y esta- tura que nuestro Julio tomó la costumbre de po- nérselo debajo de sus vestidos ordidarios, ciertos dias de su particular devocion, del mismo modo que lo hacia S. Antonio Abad, que se ponia en las fiestas solemnes de Pascua y Pentecostés la túnica que habia usado S. Pablo primer ermitaño, y ob- servó al usarlo que aquel dia sentia mas devocion y que su corazon se encendia en vivas llamas de amor de Dios. Lo mismo hicieron sus hermanas, (1) y cosa notable, aquel hábito crecia 6 disminuia segun la persona que lo llevaba, de modo que ca- da año aparecia como si lo acabasen de cortar á la medida de la estatura en que se hallaban, sin- tiendo siempre todas en su interior afectos de de- - vocion y amor de Dios muy singulares. 0D, Cocáleo, lib. 1..cap. 2. a A ? Ss ar ye 2] His Qi > O DS RA e MES dE de y RA nea ol e qee