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e nes, quitóse S. S. el rico yrembial que se habia puesto para recibir las oblaciones y despues de haberse lavado las manos, continuó la santa Misa haciendo la Comunion del Trono. La solemne Mi- sa fué acompañada por el magistral é imponente canto de los cantores Pontificios que cantaron la misa de Ciciliani, el Credo de Vittoria, el Tota Pul- cra de Palestrina y el O salutaris, obra maestra del director perpétuo ge la capilla Caballero Mustafá. Durante la elevacion se tocó el melodioso unisono de trompetas, como-se hacia en la Basílica Vatica- na, despues del cual entonaron los Cantores el magnífico Benedictus de Baini. Terminado el Incruento Sacrificio, Leon XIII de- jó el pálio y el manípulo sobre la mesa del altar y se dirigió al Trono con la Mitra puesta que se qui- tó luego para tomar la Tiara. Despues se acercaron á S. S. el Cardenal Bertolini, Procurador de la Ca- nonizacion, Mons. di Marzo, Auditor de la S. Rota, presidente de las Postulaciones y los Postulantes de las cuatro causas y el Cardenal Procurador, se- gun costumbre ofreció en nombre de los cuatro dichos Postulantes á S.S. la ofrenda pro missa bene cantata, en una bolsa de raso blanco recamada de oro. Por último el Padre Santo subió á la Silla Gesta- toria y con el mismo séquito descrito antes se di- rigió á la sala de los Adornos en donde se quitó las vestiduras y se dirigió luego á sus habitaciones particulares. A las cuatro de la tarde terminó esta ceremonia sublime como todas las de la Iglesia Romana. Asis-