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si ca de San Pedro, en la capilla Paolina, conforme he dicho. Los objetos fueron los siguientes: cinco preciosos cirios con adornos de oro y plata, las imágenes de los nuevos Santos y las armas ponti- ficias. Dos de ellos de treinta libras de peso cada uno y los demás de nueve libras romanas. Dos pa- nes, uno cubierto de oro y otro de plata, con las armas pontificias y colocados en bandejas de pla- ta. Vino y agua colocados en dos frascos, uno so- bredorado y otro plateado. Tres preciosas jaulas, una de ellas con dos tórtolas, otra con dos palomas, y la tercera con distintos pájaros. Estas oblacio- nes fueron ofrenda de los Postulantes de las causas los nuevos Santos, de algunos religiosos de las rdenes á que pertenecieron los Beatos y de otras personas que tenian para ello alguna razon espe- cial. El acto de la presentacion es propio de los Cardenales, y además del Purpurado constituido en Procurador de la canonizacion, disfruta este privilegio un Cardenal Presbítero y un Cardenal Diácono de los de la Congregacion de Sagrados Ritus. Estos fueron los que llevaron las ofrendas cubiertas con blancos manteles desde la capilla Paolina hasta el Trono del Papa, precedido de la guardia suiza, dos maceros y dos alguaciles ponti- ficios, AR da 11. Formaban el séquito de la primera oblacion referente á San Juan Bautista de Rossi el Carde- nal di Pietro que llevaba á la izquirda el Cardenal Bartolini, Procurador de la canonizacion, precedi- dos de los sacerdotes de la Pia Union de S. Galla, dos de los cuales lleyaban los cirios más gran»