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e es - pz A la forma acostumbrada, á fin de que Su Santidad se dignase continuar en el catálogo de los Santos á los cuatro Beatos. Entonces Monseñor Mercurelli, secretario de los Breves ad Principes que se halla- ba ya en el rellano del Trono, contestó en el pro- pio idioma en nombre de su Santidad. Despues se volvieron á su sitio, y el Sumo Pontífice bajó del Trono, fué á postrarse en el reclinatorio junto al altar y todos los asistentes se postraron asimismo de rodillas. Dos capellanes cantores entonaron la Leta- nía de los Santos que fueron respondiendo y prosi- guiendo hasta el final todos los concurrentes al acto. Concluida la Letanía el Papa se volvió á sen- tar en su Trono y los mismos personajes repitieron la ceremonia, haciéndose por el mencionado Abo- gado Consistorial la segunda postulacion ¿nstanter etinstantius, á la cual contestó nuevamente en nom- bre del Pontífice, su Prelado secretario. Volvieron los Postulantes á sus asientos, el Papa se quitó la mitra y se arrodilló en el reclinatorio, y el Carde- nal Martel, primero de los Cardenales diáconos asis- tentes dijo en voz alta: Orate. Rezó el Papa y todos los asistentes y despues levantóse Su Santidad mientras el Emmo. Randi, segundo Cardenal Diá- cono asistente, profería la siguiente palabra: Ze- vate y todos se levantaron. Acercándose entonces - Su Santidad á dos obispos asistentes con el libro - y los cirios entonó el Veni Creator Spiritus arrodi- llándose durante la primera estrofa y se levantó despues permaneciendo en pié hasta que los Cape- llanes cantores hubieron concluido el himno con la magistral música de Biordi. Luego se acercaron