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== JE la escabrosidad de los puertos (1), la estacion ri- gurosa del verano, solo con el amparo divino y proteccion de mi santo, le concluí felizmente, no sin admiracion de todos, así extraños como do-= mésticos, cuyo favor le tendré siempre presente para el agradecimiento, esperando en sus méritos, - measistirá, como humildemente lo pido en el viaje, Et $e que considero cercano de esta, á la eterna vida; y que será mi protector y abogado, para con el su-= premo Juez, á quign tengo ofendido con muchos pecados; pero confio será mi protector el beato Lo- renzo y que con él, mediante la gran piedad del Señor, se inclinará al perdon. CAPÍTULO XXVII. -. ossecian solemne del siervo de Dios Fr Lorenzo de Brindis: málagros, que se aprobaron por la. sa- grada congregación, y otras noticias, partera dla historia. E -de El tiempo, que suele ser tirano de las memo- rias y de las hazañas, oscureciendo hasta las rui- nas y cavando, no solo en cada siglo, sino en cada año un sepulcro, donde se entierre la memoria en profundo olvido, iba cada dia excitando con mas viveza la fama, que ardia lámpara inextinguible á la santidad de Brindis, porque daba el cielo mila- grosos recuerdos de ella en la tierra; y estaba can- tando altamente la fama desde su sepulcro, repi- De > y . : (1) Puertos de Guadarrama y Foncebadon. Y. Td f E ES