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a SS dotó el cielo de una singular prudencia y suavidad para el gobierno, con: que fué prelada repetidas veces, con muchas medras de la observancia re. gular. Aunque siempre ocupada y nunca ociosa, empleaba algunos ratos para desahogar su fogoso espíritu en componer algunos versos y poesías, Estas obras, que he visto originales de su letra, se guardan en el archivo de la Anunciada: están compuestas y adornadas mas con el fuego del amor divino, que con las leyes del arte. En ellas se exha- la su fervoroso espíritu en amor al Criador, y co- mo este amor no tiene peso ni medida, lampocd la guardaba en el metro. 13. Continuando, pues, nuestra noble vír- gen en adquirir virtudes, continuaba tambien su padre en el amor y cariñoá tan santa hija: to- do su consuelo, todo su gusto, todas sus delicias tenia en tratarla. Decia su excelencia, que el dia que no hablaba á su hija, era desgraciado en todo. ¡Oh, cuánto puede la virtud! Cuantos negocios ocurrian á su excelencia, cuantos trabajos tenia, todo lo comunicaba con su santa hija, siguiendo en todo su dictlámen. Le habia formado tan grande de su virtud, prudencia y acierto, que en la ausen- cia, que el año de 1614 hizo á Milan, nombrándole el rey por gobernador de aquellos Estados, la dejó por gobernadora única del marquesado y demás mayorazgos de su casa, no obstante que su exce- lencia tenia otros dos hijos D. Garcia y D. Fadri- que de Toledo; y mandó á todos sus vasallos y cria- dos la obedeciesen como á su misma persona. No quiso admitir este nombramiento tan raro, ni le hu-