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— 45 — de Abril de 1606 y habiendo precedido las cere- monias y sagratos ritos, que ordena la Iglesia, le dedicaron á nuestra Señora de la Anunciacion, y hoy comunmente se llama la Anunciada. Despues de dos dias (que fué el 26 de Abril) se pasó la sierva de Dios del convento de la Concepcion al de la Anunciada en una solemne y devota procesion, á que asistieron las comunidades y todo el clero de Villafranca, junto con su padre y su hermano el duque de Fernandina, la noble- za y caballeros de la villa. Desnudáronla el há- bito de calzada y la vistieron el de descalza y de- jando el nombre de Doña María de Toledo tomó el de Sor María de la Trinidad. Empezó pues, la sier- va de Dios con gran fervor este tercer noviciado, aunque podemos decir que toda su vida lo fué. Aquí padeció muchos trabajos por la estrechez de la habitacion y otras incomodidades del convento, sin que su padre el marqués lo pudiese remediar, por haber sacrificado toda su hacienda en viajes, embajadas y puestos honoríficos que los reyes ha= - bian fiado á su valor y prudencia. Profesó al fin con gran consuelo de su alma, habiendo dado ilus- tres muestras de lo que en adelante habia de ser. 11. Nies de pasar en sileneio una cosa rara6 favor que el Señor quiso hacer con estas religiosas. Como el convento se fundó sobre las ruinas de aquel hospital, se inundaron las pobres religiosas de aquellos animalillos llamados piojos, de suerte que las molestaba mucho, tanto en la oracion, co- mo en el Oficio divino (instrumentos con que el enemigo comun tal vez pretendia distraer á es-