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E, A jo de San Gerónimo, escribiendo á Demetríades (1). Reputábase como novicio, no solo en el hábito, sino en la virtud. Vivia tan resignado en la volun- tad de su maestro, que no esperaba el precepto para obrar, sino que le bastaba la menor insinua- cion 6 seña. Se propuso desde el principio la obe- diencia, como el camino mas seguro, por donde han ido todos los héroes grandes que ha tenido, no solo la religion, sino la Iglesia toda. Era muy exacto en las ceremonias, haciendo mucho apre- cio, aun.de las mas mínimas; puntualísimo en las oficinas y cosas quele mandaban, sin ser necesa- - rio que le repitiesen dos veces una cosa; fervoroso en la oracion y ejercicios espirituales; humildí- simo en los oficios mas viles y despreciables; ca- ritativo con sus hermanos, teniéndose por afortu- nado, si podia servirlos en algo; mortificado en sus sentidos, grave en sus costumbres, amoroso en su trato, afable, devoto, y para decirlo de una vez, siendo novicio, era dechado de toda perfeccion, aun á los profesos mas aprovechados. Sus compa- ñeros le miraban como á un ángel venido del cie- lo, para enseñarles el camino de la virtud, y les servia de grande estímulo su ejemplo. El maestro de novicios, y los demás padres de aquella graví- sima comunidad estaban admirados de ver tanta perfeccion en un jóven que acababa de tomar el hábito. | hn 9. Aunque nuestro novicio era tan mortificado 1) Obliciscere omne prieteritum, quotidie inchoare te puta. Div. Hier. Epist. 1. quie est ad Demetriadem. Bed