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a 482 «m beneficio fuese cumplido; y que como el varon santo padeció tanto de este cruel accidente, se compadeceria de su devoto y le curase entera= mente. 21. D. Alonso Yañez y Abaunza, vecino de Yi- llafranca, hallándose con un dolor de costado, desahuciado de los médicos, que aseguraban no llegaria á las tres de la tarde, pidió le trajesen el hábito del siervo de Dios; y habiéndole besado con mucha devocion, le puso sobre la cama y á las tres horas le faltó la calentura y se halló bueno y sano con admiracion de todos. Igual beneficio recibió en otra enfermedad de tabardillo Doña María Diaz de Guitan, vecina de Villafranca. Trajéronla el santo hábito y de allí á poco se quedó dormida y estuvo durmiendo tres dias contínuos y solo la desperta- ban para darla alguna sustancia y volvia á quedar- se dormida; y al cabo de los tres dias despertó bue- na y se vistió como si no hubiera tenido enferme- dad alguna. 22. D. José Florez, vecino de Castro de Valde- Orras, teniendo toda su familia enferma, que se componia de siete hijos y juntamente él y su mu= jer tambien enfermos, no hallando para tantos males remedio en la tierra, acudió al cielo; y ha- ciendo todos los enfermos una humilde depreca- cion al beato Lorenzo, escribió dicho D. José á la madre Sor María Antonia del Nacimiento, maes- tra que era de novicias en la Anunciada, supli- cándola la enviase alguna reliquia del siervo de Dios: al ver tan urgente necesidad, le envió un pe- dacito del milagroso hábito; y echándole en agua