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de 18. María Perez, vecina de Villafranca, tenia un niño de dos años muy enfermo y ya para espi- rar, sin haber tomado aliento en muchos dias. Acudió al patrocinio del varon santo y llevó al niño al convento de la Anunciada y pidió á la tor- nera, le llevase al sepulcro del santo, para que le diese salud 6 le despenase. Hízolo la tornera, en compañía de otras religiosas y poniéndole sobre el sepulcro del beato Lorenzo, hicieron oracion; y empezando á hacer extremos el niño, pensaron que espiraba, pero reparando, le vieron mudar el color y pasar de muerte á vida, trajéronle de co- mer y al punto empezó á comer con señales todas de estar bueno, entregáronle á su madre y se lla- mó el Viño del Milagro. 19. Sor Agustina de San Juan, religiosa Fran- cisca en el convento de la Concepcion de Villa- franca, se hallaba muy mala de una vena rota y se iba desangrando sin haber remedio; pidió el hábi- to del siervo de Dios y besándole con mucha vene- racion, se le aplicó á la vena rota y luego. se detu- vo la sangre y en breve se recuperó de su debilidad y se puso buena. 20. D. Fernando de los Rios, presbítero, veci- no de Villafranca, habia muchos años que padecia muy récios dolores de gota en los piés sin hallar alivio. Un dia en que se hallaba mas afligido y atormentado, hizo que le aplicasen al pié un peda- cito del hábito del siervo de Dios y luego inmedia- tamente cesaron los dolores. No dicen los procesos si sanó de raiz de aquel accidente incurable ó si fué solo alivio por entonces. Es de creer que el

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