BCCPAM000527-5-29000000000000

Ev LS «- Uli bildo con todo el clero, y su Arzobispo: el cual tomando en sus manos la Cruz, la llevó en pro- cesion hasta el convento de las Madres Capu- chinas; y habiéndola dadoá adorar á los circuns- tantes, la colocó su ilustrísima entre las demás reliquias. Esta cruz era bastante grande y tenia tierra del Calvario, teñida con la sangre de nues- tro Redentor Jesucristo: tambien tenia otras reli- quias, y entre ellas una de S. Lorenzo Mártir, que estimaba mucho. Colocaron tambien parte del co- razon del varon santo. Gloríase, pues, este conven- to de tener tan preciosas reliquias de un tan gran santo. Faltaba el último encargo, que era ir á Ba- viera; y no reparando el padre Fr. Juan María, ni en los trabajos pasados, ni en los muchos, que le faltaban que padecer, como fiel compañero, tomó el camino y fué recibido del duque Maximiliano con singularísimas demostraciones de afecto y reve- rencia. Deseaba mucho su alteza saber de su ama- do y venerado amigo el beato Lorenzo; pues aunque habia oido cosas grandes, queria saberlas con mas fundamento. Satisfizo plenamente á sus deseos; y preguntando ¿si traía alguna reliquia del varon santo? Le dijo, que le traía parte de su corazon. Al oir esto, lleno de lágrimas de devocion, lo recibió de rodillas y aplicándole á sus labios, le daba tier- nísimos ósculos, regándole con sus lágrimas. Dijo- le tambien, que estando para morir el beato Loren- zo, le habia confiado algunas cosas secrelas, que decirle. Retiróse luego á su oratorio. y puesto de rodillas y las manos juntas, estuvo aquel soberano con la mayor devoción, oyendo las palabras y con-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz